jueves, 11 de abril de 2013

Voces de un mundo rural




SOCIOLINGÜÍSTICA

 

ANDALUZA

 

 

DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA



16




E

SOCIOLINGÜÍSTICA

ANDALUZA

 

 

DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA

16

 

 

 

 

Estudios descriptivos y aplicados

sobre el andaluz

 

 

 

Publicaciones de la Universidad de Sevilla

SOCIOLINGÜÍSTICA

ANDALUZA

 

 

DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA

16

 

 

 

 

Estudios descriptivos y aplicados

sobre el andaluz

 

 

 

Publicaciones de la Universidad de Sevilla

 

 

 

 

SOCIOLINGÜÍSTICA ANDALUZA 16

 

 

Estudios descriptivos y aplicados sobre el andaluz

 

 

E

 

 

 

SOCIOLINGÜÍSTICA

ANDALUZA 16

 

 

Sevilla 2013

 

 

R

 

􀶈􀶌􀵺􀶋􀶂􀶈 G􀶎􀶂􀶅􀶅􀶣􀶇 S􀶎􀶍􀶂􀶅

R

 

􀶈􀶌􀵺􀶋􀶂􀶈 M􀶂􀶅􀶅􀶜􀶇 G􀵺􀶋􀶋􀶂􀵽􀶈

(coords.)

 

 

Serie: Lingüística

Núm.: 42

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro

puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico

o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier

almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso

escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

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DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2013

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Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443

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© POR LOS TEXTOS, SUS AUTORES 2013

© ROSARIO GUILLÉN SUTIL

ROSARIO MILLÁN GARRIDO (coords.) 2013

 

 

Impreso en papel ecológico

Impreso en España-Printed in Spain

Maquetación: B

 

􀵺􀶅􀵺􀶀􀶎􀵾􀶋 V􀵺􀶅􀵽􀶂􀶏􀶂􀵺, S,.L. - german.balaguer@gmail.com

ISBN: 978-84-472-1459-4

Depósito Legal: xx-xxx-2013

Impresión:

 

 

Motivo de cubierta: Autor del azulejo Manuel Castro Luna.

C

 

􀶈􀶆􀶂􀶍􀶣 􀵾􀵽􀶂􀶍􀶈􀶋􀶂􀵺􀶅:

Antonio Caballos Ru

 

fi no

(Director del Secretariado de Publicaciones)

Carmen Barroso Castro

Jaime Domínguez Abascal

José Luis Escacena Carrasco

Enrique Figueroa Clemente

Mª Pilar Malet Maenner

Inés Mª Martín Lacave

Antonio Merchán Álvarez

Carmen de Mora Valcárcel

Mª del Carmen Osuna Fernández

Juan José Sendra Salas

 

 

La publicación de este volumen ha sido posible gracias a las

ayudas concedidas por la Consejería de Innovación, Ciencia

y Empresa (Junta de Andalucía) al Grupo de Investigación

Sociolingüística Andaluza (HUM 141) de la Universidad de

Sevilla, dentro del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo

e Innovación.

 

 

 

ÍNDICE

 

 

PRESENTACIÓN ......................................................................................................11

LAS PREGUNTAS DE CONTROL AL GOBIERNO EN EL

PARLAMENTO ANDALUZ: SOLIDARIDAD Y CONFRONTACIÓN .................13

C

 

ATALINA FUENTES RODRÍGUEZ

SUFIJACIÓN APRECIATIVA EN EL HABLA URBANA DE SEVILLA

(NIVELES MEDIO Y POPULAR) ...........................................................................45

R

 

OSARIO GUILLÉN SUTIL

LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO PERSONAL EN EL

HABLA DE SEVILLA ..............................................................................................65

M

 

ARTA LEÓN-CASTRO GÓMEZ

DESARROLLO Y SEXISMO EN LA COMPLEJIDAD DEL LENGUAJE

EN LAS ESCUELAS ANDALUZAS .......................................................................85

R

 

OSARIO MILLÁN GARRIDO

BREVES ANOTACIONES HEURÍSTICAS A PROPÓSITO DE LA

CONSTRUCCIÓN DE RELATIVO CON PREPOSICIÓN ...................................103

J

 

OAQUÍN ROMERO HEREDIA

GRAFÍAS MERIDIONALES EN AUTORES SEVILLANOS DEL SIGLO

DE ORO Y OTROS PEQUEÑOS ASPECTOS NO MENOS INTERESANTES ..127

M

 

ANUEL ARIZA VIGUERA

LOS VALORES DISTINTIVOS EN LAS UNIDADES Y EN LOS

PROCESOS FONOLÓGICOS DE LAS CONSONANTES ANDALUZAS ..........137

P

 

EDRO CARBONERO CANO

SESEO, CECEO Y DISTINCIÓN EN LAS PIEZAS CORTAS DE LOS

ÁLVAREZ QUINTERO ..........................................................................................147

R

 

AFAEL JIMÉNEZ FERNÁNDEZ

ACTOS DE IDENTIDAD: ¿POR QUÉ PERSISTE EL USO DE

LOS RASGOS LINGÜÍSTICOS DE BAJO PRESTIGIO SOCIAL?

DIVERGENCIA GEOGRÁFICA Y SOCIAL EN EL ESPAÑOL URBANO

DE ANDALUCÍA ....................................................................................................173

J

 

UAN ANDRÉS VILLENA PONSODA

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES DE UN

MUNDO RURAL. EL HABLA DE VILLANUEVA DE LA REINA (JAÉN) .......209

A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

ASPECTOS LÉXICOSEMÁNTICOS DE LAS COMBINACIONES

SINTAGMÁTICAS HABITUALIZADAS EN LA VARIEDAD

LINGÜÍSTICA ANDALUZA ..................................................................................225

Mª A

 

UXILIADORA CASTILLO CARBALLO

EUFEMISMOS Y DISFEMISMOS EN EL ESPAÑOL HABLADO EN

ANDALUCÍA ..........................................................................................................235

J

 

UAN MANUEL GARCÍA PLATERO

ANDALUCISMOS EN LA OBRA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ ......................245

J

 

OSEFA Mª MENDOZA ABREU Y ALBERTO GARCÍA MENDOZA

ANGLICISMOS Y VARIACIÓN EN EL LÉXICO DEL HABLA CULTA DE

SEVILLA .................................................................................................................275

J

 

UANA SANTANA MARRERO

ESTUDIO SOBRE LOS ANDALUCISMOS DE ORIGEN GRIEGO ...................295

A

 

DAMANTÍA ZERVA

HACIA UNA PROPUESTA CURRICULAR PARA LA ENSEÑANZA DEL

ANDALUZ EN LA ESO .........................................................................................313

V

 

ÍCTOR CANTERO GARCÍA

ORTOLOGÍA ANDALUZA Y NOR MA POLICÉNTRICA PANHISPÁNICA .....333

L

 

UIS CARLOS DÍAZ SALGADO

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES

DE UN MUNDO RURAL. EL HABLA DE VILLANUEVA DE LA

REINA (JAÉN)

 

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES DE UN MUNDO RURAL. EL HABLA...

 

 

 

 

A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

PRESENTACIÓN

 

 

 

La

 

fi nalidad del presente trabajo es la de constatar la existencia de unas peculiaridades

sociolingüísticas en el ámbito del habla andaluza que permiten identi

 

fi car

una variedad local, la de Villanueva de la Reina, pueblo de la zona occidental de la

provincia de Jaén. Queremos asimismo resaltar la riqueza y variedad de las hablas

andaluzas, sin sentimiento de superioridad o de inferioridad lingüísticas. Para contribuir

a conservar y a enriquecer el tesoro cultural que representa nuestro patrimonio

léxico, desterrando aquellos rasgos que obedecen más a un registro vulgar que a una

variedad local y desarrollando entre los hablantes de la localidad la idea de pertenencia

a una comunidad, la andaluza, cuya modalidad de habla existe junto a las restantes del

español; queremos, pues, poner el acento en que no se pierda de vista la perspectiva

global que supone la referencia del español estándar como lengua ejemplar.

Conviene advertir que entre la diversidad de factores que intervienen en el proceso

de división interna en la evolución de los dialectos, son especialmente destacables

la variedad geográ

 

fi ca y los condicionamientos derivados de la población y la

economía.

De ahí que, en la actualidad los estudios del habla vayan enfocados desde un

punto de vista sociolingüístico.

Dice V. Lamíquiz (2001:15):

 

 

“[…] debemos insistir en el aspecto social de la lengua. De los vínculos que interrelacionan

la sociedad y la lengua se ocupa concretamente la sociolingüística”.

 

 

1. INFORMACIÓN DEL PUEBLO

 

 

 

Teniendo en cuenta que un habitante de Villanueva de la Reina advierte cuando

un hablante es de otro lugar y que es capaz de identi

 

fi car a alguien como del pueblo

210 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

por su forma de hablar, hemos de convenir en que existe una conciencia de variedad

lingüística diferenciada entre las personas de esta localidad, que se constituye como

signo de identi

 

fi cación del grupo (Vid. A. Andujar, 1999).

Conozcamos en primer lugar algunos datos de este pueblo.

Villanueva de la Reina está situado geográ

 

fi camente en el límite entre la campiña

occidental y la sierra norte de la provincia de Jaén muy próxima a la división con la

provincia de Córdoba. No aparece en el ALEA, pero las líneas isoglosas lo de

 

fi nirían

como propio de la subzona que se establece en torno al centro de Jaén, Granada y

Almería, sin olvidar su proximidad a la zona occidental de Andalucía (Narbona, A.

y Morillo-Velarde, R, 1987). Por esta razón lo situaremos con respecto a los pueblos

que allí

 

fi guran:

– Está situado a 31 kms. al SO de J 103 (Baños de la Encina), a 28 kms. al

O de J 301 (Jabalquinto) –seseante–, a 5 kms. al N de J 302 (Cazalilla)

–seseante–, a 25 kms al E de J 303 (Arjonilla), a 30 kms. al NO de J 304

(Torrequebradilla), a 25 kms. al N de J 305 (Fuerte del Rey), a 33 kms. al

NE de J 306 (Porcuna) y a 36 kms. al NO de J 308 (Jaén).

– Además, se encuentra rodeado por Espeluy (6kms.), Higuera de Arjona

(9kms.), Andújar (17kms.) y Bailén (19kms.). Estos dos últimos son pueblos

seseantes. Finalmente se encuentra a 17kms. de Mengíbar, único pueblo

ceceante de la zona.

Por otra parte, podemos decir con palabras del profesor Bustos Tovar, J. J. (1997)

que las áreas léxicas que existen en el dominio andaluz “son el resultado de un largo

proceso histórico en el que intervienen de modo decisivo dos factores: el origen de la

repoblación y las condiciones de vida que impone el medio físico”

 

.

En el caso que nos ocupa la repoblación se llevó a cabo con murcianos y castellanos

manchegos, sobre todo procedentes de la zona oriental de los reinos de Castilla

y Aragón.

En cuanto a las condiciones de vida haremos notar que el pueblo está enclavado

en una zona de profundas raíces agrarias, tanto en lo que se re

 

fi ere a las actividades

agrícolas como al ruralismo que impregna toda la vida social y cultural de sus habitantes.

Así pues, su economía se basa en la riqueza agrícola –en otro tiempo acompañada

por pequeñas explotaciones ganaderas, sobre todo de cabras, ovejas y cerdos– y en el

sector servicios.

 

 

2. RASGOS DEL ANDALUZ PROPIOS DE ESTA LOCALIDAD

 

 

 

Esta variedad lingüística se corresponde, en general, con la que se considera

como modalidad de habla propia de la zona de Andalucía oriental a la que pertenece,

aunque con rasgos propios que advertimos en el comportamiento comunicativo de los

 

 

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 211

 

 

interlocutores y que se mani

 

fi esta en un conjunto de realizaciones fonéticas, de entonaciones,

de rasgos morfosintácticos y de vocabulario que la de

 

fi nen y la sitúan geográfi -

camente; en de

 

fi nitiva que nos permiten identifi car a los hablantes de esta localidad.

2.1. RASGOS FONÉTICOS Y MORFOSINTÁCTICOS

a) Uno de los rasgos más de

 

fi nidores del andaluz es la pronunciación de las

sibilantes. La localidad está rodeada por pueblos

 

seseantes excepto uno

–Mengíbar– que es

 

ceceante, sin embargo aquí se da una perfecta distinción

entre los fonemas /s/ y /

 

q/. Dentro de las diferentes realizaciones de /s/ que

se pueden dar en las zonas del andaluz, en la variedad local que nos ocupa se

pronuncia una variedad intermedia entre la s coronal cordobesa y la s ápico

alveolar castellana en convivencia con la s coronal castellana.

b) Con respecto a la velar fricativa sorda /x/ (también /j/) hemos de señalar que,

lejos de aspirarse, es tensa, vibrante, y rehilada. Se pronuncia por vibración

del velo del paladar, es decir, como velar uvular vibrante.

c) El yeísmo está extendido entre los habitantes de este pueblo con realización

de /y/ como dentoalveolar fricativa sonora, ya proceda de

 

y o de ll.

d) La pronunciación del fonema /C/ correspondiente a

 

ch- inicial es como dentoalveolar

africada, si bien en posición inicial convive con otra pronunciación

más próxima a la predorsal africada.

e) El sistema vocálico cuenta con tres vocales muy abiertas /

 

a/ /e/ /w/ además

de las otras cinco vocales del español, que también son largas en posición

 

 

fi

 

nal de palabra. La existencia de estos fonemas tendrá consecuencias morfosintácticas,

tal y como podemos observar en las siguientes notas, que vienen

a con

 

fi rmar las palabras del profesor M. Ropero (2001:42):

“Muchos de los rasgos gramaticales peculiares del andaluz son resultado o

consecuencia directa de los cambios producidos en el plano fónico”

Casos en que se usan estos fonemas vocálicos abiertos:

1. Siempre que se ha perdido una consonante

 

fi nal, ejm. /kánqe/.

2. Como sustitución de la /s/ del plural, en lugar de aspiración se produce

la abertura de la vocal

 

fi nal, aunque no tenga valor distintivo,

como es el caso de

 

paredes: /parede/ frente a pared: /pare/ Esto es

válido igualmente para la vocal del determinante aun cuando el sustantivo

comience por vocal, así en

 

las hojas: /la wxa/. La vocal del determinante

se pronunciará formando hiato con la inicial que le sigue, a

veces, acompañada de una leve aspiración sorda. En este caso podemos

hablar de

 

valor morfológico para la distinción singular/plural.

212 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

3. En la vocal

 

fi nal de la 2ª persona del singular de los verbos con valor

morfológico para distinguirlas de la 3ª. Así

 

vienes/viene se corresponde

con /bi

 

ene/ frente a /biéne/.

4. En la 2ª persona del singular del pretérito inde

 

fi nido, las terminaciones

–aste–, –iste–,

 

 

sufren metátesis con desplazamiento de la -s- al fi nal, lo

que provoca la abertura de la vocal

 

fi nal y de la tónica anterior que ha

perdido la consonante. Así

 

llegaste: /yegate/ y viniste: /biníte/.

5. Tenemos que hacer notar,

 

fi nalmente, que la abertura de la vocal fi nal,

sea por la razón que sea, provoca siempre por

 

armonía vocálica la

abertura de la vocal tónica y de las demás vocales de la palabra.

f) En la 1ª y 2ª persona del plural del Pretérito Imperfecto el hiato se pronuncia

como diptongo desplazando el acento, en la 1ª persona a la posición de

grave,

 

teníamos: /teniámw/; y en la 2ª, a la de aguda, teníais: /teniái/.

g) Es habitual en la pronunciación del gerundio seguido del pronombre personal

 

 

os

 

 

la aparición de una /r/ epentética. Así, /yamándwrw/ o /diqiéndwrw/

por

 

llamándoos o diciéndoos.

h) La pronunciación del grupo

 

–rl– se soluciona con la duplicación de la consonante

–l.

 

 

Así /koxél-lo/ por cogerlo, o /pél-la/ por perla.

i) Respecto al grupo

 

–sb– se adoptan dos soluciones diferentes:

1. Ambas consonantes se pronuncian como la labiodental fricativa sorda

/f/ geminada, como en /effragetáo/ por

 

desbraguetado.

2. Las dos consonantes se pronuncian como la bilabial sonora fricativa

geminada /b/, como en /debbeláo/,

j) Por último, por no hacer demasiado extenso este apartado, señalaremos que

en el grupo consonántico

 

–sg– se produce el ensordecimiento y geminación

de la consonante /g/ que pasa a pronunciarse como /x/ (o fonema /j/),

así ocurre en /dixxú

 

hto/ por disgusto, en ocasiones pronunciado también /

di

 

hhto/.

Para

 

fi nalizar este rápido recorrido destacaremos dos últimos detalles en la pronunciación

y en la

 

entonación:

1. El primero es compartido con otras zonas de esta provincia. Se trata del

 

ronquío

y consiste en una vibración muy tensa que se produce en el velo del

paladar –suele terminar con una /o/ producida al cerrar la boca– en fase de

inspiración, especialmente para dar una respuesta que se considera obvia o

para rea

 

fi rmarse en lo dicho con anterioridad: -Entonces, ¿tú eres de Jaén?

–“Jrjrjro”, pues claro.

 

 

Hemos de hacer notar que se trata de un fenómeno

en regresión, que sólo se conserva en personas de edad avanzada.

2. El otro rasgo es tan acusado que por sí solo permitiría identi

 

fi car a un

hablante como de Villanueva de la Reina. Se trata de la prolongación del

último sonido en una frase interrogativa, con un tono característico que no

 

 

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 213

 

 

llega a ascender en el caso de anticadencia, ni a descender en el caso de

cadencia. Este deje –que aquí llamamos

 

rabo– confi ere una tonalidad especial

a toda la pregunta al detener la in

 

fl exión de la curva melódica, al mismo

tiempo que prolonga el último sonido.

2.2. OTROS RASGOS

Hemos querido recoger estos detalles que nos parecen signi

 

fi cativos, para mejor

de

 

fi nición de los rasgos del andaluz en este lugar concreto:

a) En el uso de

 

vosotros y ustedes se siguen las mismas reglas que en el español

estándar.

b) El uso de los pronombres personales objeto:

 

lo, la, le, los, las, les; se ajusta

escrupulosamente a las normas de la Gramática de la Lengua Española, sin

que hayamos podido constatar ni un solo caso de loísmo, laísmo o leísmo.

c) Es generalizado y casi exclusivo el uso del diminutivo

 

–ico. Destacaremos

entre este grupo de hablantes su alta frecuencia de empleo con el gerundio,

así:

 

ve callandico, me estoy orinandico, se ha quedado durmendico.

d) Para la formación de sustantivos de persona con valor despectivo se utiliza

frecuentemente el su

 

fi jo –usco, así: faltusco, pelandrusco, marrandusco...

3. ESTUDIO SOCIOLINGÜÍSTICO DEL VOCABULARIO

 

 

 

Entre las características del Habla Andaluza siempre se ha destacado su riqueza

léxica y una extraordinaria creatividad semántica. El repertorio léxico que vamos a

ofrecer a continuación representa sólo una muestra signi

 

fi cativa del total de términos

obtenidos del testimonio oral de los habitantes de esta localidad, seleccionados por

ser personas de más de cuarenta años y que han pasado la mayor parte de su vida en

el pueblo. Pertenecen a una capa social media o baja, que constituyen el 80% de la

población, el resto, media-alta o “señoritos” intentan con frecuencia distinguirse en

su forma de hablar para marcar su diferente situación social; no obstante conocen y

entienden perfectamente los términos aquí seleccionados. Igualmente, los jóvenes con

mayor nivel cultural y menos arraigados en el ambiente socioeconómico del pueblo se

alejan cada vez más de estos usos lingüísticos.

El tiempo y el espacio nos obligan a limitar su extensión, que reduciremos casi

en su totalidad a términos surgidos de la creatividad propia de los andaluces y de los

cambios de sentido del vocabulario común; aun a riesgo de dejar fuera de la lista otras

voces con iguales posibilidades. Por lo tanto hemos considerado especialmente que:

– No aparezcan en el

 

Diccionario de la Real Academia Española, citado como

DRAE, ni en el

 

Diccionario de Uso del Español (DUE)

214 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

– Aparezcan en alguno de los dos diccionarios mencionados, pero no con la

acepción que aquí se recoge.

– Sean términos que no pertenecen al español estándar, sino que están considerados

como en desuso, andalucismos, propios de alguna otra región o de

otro país.

Al mismo tiempo haremos notar su aparición en el

 

Atlas Lingüístico y Etnográfi co

de Andalucía

 

 

(ALEA).

Hemos preferido respetar la ortografía de la lengua escrita salvo en los casos

siguientes:

– Si la pronunciación obedece a fenómenos muy extendidos (caso de -/sb/– >

/f/, como en

 

falagar por (de)sbalagar.

– Con palabras que ni en los registros más cultos se emplean de otra forma,

pues la pronunciación de todas sus letras alteraría su signi

 

fi cado (así (d)

esmayao

 

 

= muerto de hambre, nunca será lo mismo que desmayado= que ha

perdido el conocimiento).

En cualquier caso añadimos la equivalencia ortográ

 

fi ca correcta para evitar cualquier

confusión, salvo en los participios en

 

–ado, en los que no creemos necesario

señalar que falta la

 

–d– por ser éste un fenómeno muy extendido.

Nuestra lista de términos la hemos organizado en núcleos temáticos.

3.1. VOCES DEL CAMPO, FAENAS E INSTRUMENTOS AGRÍCOLAS

La principal riqueza de este pueblo radica en su agricultura y concretamente en

el cultivo del olivar para la obtención de aceite. A lo largo del año son muchas las

labores que requiere, la

 

corta, desvaretado, la cava de pies, los suelos; pero la principal

actividad para la vida de la comunidad es la

 

recogida. Se comienza por el vareo,

generalmente son los hombres los que manejan el

 

varillo, para que luego, sobre todo

las mujeres, recojan las aceitunas que han caído al suelo o en los

 

fardos.

De la

 

oliva se dice que está enchozá o que tiene mucha harapera cuando tiene

mucha frondosidad o sus ramas llegan hasta el suelo.

La

 

tierra calma para el cereal debe ser labrada con arado tirado por las yuntas.

Cada

 

obrá se corresponde con un día de trabajo.

En las eras se trilla y se

 

ablenta la parva hasta obtener el grano. La paja resultante

se acumula en los

 

balagueros hasta ser empacada o transportada para su

almacenamiento.

El valle del Guadalquivir ofrece fértiles terrenos que se dedican al cultivo de

hortalizas como las

 

habicholillas o los cuarrecos y los árboles frutales.

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 215

 

 

Pero siempre me llamó la atención el término

 

charnaque para designar ese cobertizo

que se hace en el campo con el

 

fi n de tener donde resguardarse del sol, dejar el

hato y las cosas que cada día se llevan para echar el

 

jornal e incluso servir como puesto

de guardia desde donde vigilar que no te roben en el

 

piojar el fruto de tu cosecha.

Balaguero.

 

 

(De bálago). M. Montón grande de paja de cereal en la era. (La traemos

aquí porque no aparece en ALEA).

 

 

Carrueco.

 

 

M. Fruto de la familia de la calabaza de forma más alargada y color

anaranjado.

 

Cuarreco. (Algunos casos en ALEA).

Charnaque.

 

 

M. Chozo o cobertizo rudimentario y provisional. Por ejemplo, el

que se hace en el campo para guarecerse del sol y dejar allí el hato.

 

Chambao. (1 caso

en J). También lo recoge el ALEA como sinónimo de

 

cortijillo en las eras.

Formaría parte del mismo campo semántico que:

 

 

Sombrajo

 

 

. m. Cualquier reparo o resguardo de ramas, mimbres, esteras, etc.,

para hacer sombra.

 

 

Chozo

 

 

. Cobertizo rudimentario y provisional.

Chamizo

 

 

. (De chamiza).3. m. Choza cubierta de chamiza (ǁ hierba).

Cañizo

 

 

. (De caña). Choza cubierta con cañas tejidas o entrelazadas.

Choza

 

 

o cabaña. Construcción rústica y tosca realizada con materiales que ofrece

el entorno campestre: palos, cañas, ramas, hojas, etc. que sirve para refugiarse en el

campo.

 

 

Cortijillo

 

 

. Construcción de obra, sencilla y humilde que tiene como función guardar

aperos de labranza y que permite guarecerse de las inclemencias del tiempo.

 

 

Enchozá

 

 

(De choza). Adj. Dícese de la oliva que está cargada de aceituna. Alude

a que las ramas por el peso del fruto llegan hasta el suelo formando como una choza.

(No en ALEA).

 

 

Harapera

 

 

(De harapo). F. Conjunto de las ramas más bajas de la oliva. Ramas

que cuelgan en la oliva. (No en ALEA).

 

 

Habicholilla

 

 

(D. de habichuela). F. Judía verde. No fi gura en el DRAE. (En

ALEA, sólo en esta comarca).

 

 

Obrá (obrada)

 

 

. M. Labor realizada por una yunta en una jornada de labranza.

Piojar

 

 

. (Por pegujar). M. Pequeña extensión de terreno agrícola (pedazo) que

el dueño de la

 

fi nca cede para su explotación a alguno de sus trabajadores más

principales…

 

 

Zurribanco.

 

 

M. Surco de tierra en un campo de labor. (No se recoge en el ALEA).

3.2. CASA

La casa familiar es el núcleo en torno al cual gira la principal actividad diaria de la

mujer y los hijos y el lugar donde se recupera y reposa el hombre de las duras faenas

de su quehacer diario.

 

 

216 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

Una buena

 

lumbre da la vida en el invierno, al tiempo que permite aprovechar

los palos procedentes de la corta de las olivas. Como en ocasiones se utilizaba como

cocina para hacer la comida, se necesitaba un

 

canto para no tener que tocar las ollas.

Estas lumbres se montaban sobre una pequeña plataforma, bajo la chimenea delimitada

por un bordillo o

 

cercolillo, del resto de la estancia. El acceso a la casa estaba

elevado sobre el

 

acerado de la calle por una cerviguera o escalón de buena altura para

evitar que entrara la lluvia o el barro en épocas de temporal.

Las dependencias estaban organizadas a lo largo del

 

hilo o pasillo principal

que iba desde la puerta de entrada hasta la puerta del patio, y a él se abrían las

principales estancias de la casa. Cuando era una casa de campo modesta sin

 

puerta

falsa

 

 

, por este hilo accedía o salían las bestias que estaban alojadas en el último

corral, por esta razón se cubría con materiales más duros que lo diferenciaba del

resto del pavimento.

 

 

Canto

 

2

M. Pieza curva de hierro formada por una banda de unos ocho centímetros

de ancha (como media luna), con un asa en la parte exterior, que se usaba para acercar

los pucheros de barro con poca base a la lumbre. (En ALEA, como

 

morillos).

Carterica.

 

 

F. Bolsita de papel de tamaño pequeño y forma rectangular. CARTERICA

de azafrán.

 

 

 

Cercolillo

 

 

(Der. de cerco). M. Plataforma de ladrillo más alta que el nivel del

suelo, que separa de éste la zona de la lumbre en una chimenea. (Sólo 1 caso en

J-302).

 

 

Cerviguera

 

 

(De cerviz fi g.). Escalón en la puerta de entrada a la casa. El nombre

hace alusión al abultamiento parecido al del morrillo de la cerviz, como otros derivados

de esta palabra que recoge el DUE:

 

cerviguillo o cervigón (morrillo), cervigal

(almohada).

 

 

Cerviguillo

 

 

(De cerviz fi g.). Pequeño escalón que separa dos espacios de diferente

altura. Se aplica especialmente al bordillo de los acerados.

 

 

Follaó

 

 

(Por follador). M. Pieza de tela que se usa para calentar personas y animales

y evitar que se enfríen. En su confección se emplean trozos de mantas viejas

y lanas usadas. En el DRAE,

 

follador es la persona que afuella en una fragua. Su

origen pudiera tener relación con el sustantivo

 

folgo (D. de follicus, fuelle) ‘bolsa de

pieles para cubrir y abrigar las piernas’, si atendemos a su uso. Aunque también podría

proceder de

 

folla2: ‘mezcolanza, conjunto desordenado de muchas cosas’, atendiendo

a la forma de estar confeccionado.

 

 

Hilo

 

 

(h. de la casa). M. Sucesión de portales, que van desde la puerta de entrada a

la puerta del patio. Ocupa el centro de la casa. Este signi

 

fi cado no lo recoge el DRAE

ni el DUE.

 

 

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 217

 

 

3.3. ALIMENTACIÓN

Sólo traemos un término por ser este representativo de la cultura y la tradición

de esta comarca: el

 

canto. Constituía la base de la alimentación a distintas horas del

día, salvo en la cena, cuando el hombre trabajaba en el campo. Por la mañana como

complemento al café, en el almuerzo relleno con un tomate estrujado y acompañado

de bacalao, tocino, embutidos, según los posibles de cada uno. Por la tarde en la

 

 

merendica

 

 

con azúcar o una onza de chocolate.

Canto

 

1

M. Trozo de pan en forma de barco al que se le saca el migajón del centro

para rellenarlo con aceite. Procede de la costumbre de usar para este menester el

 

canto

o cantero

 

 

de los panes grandes y redondos. Sinón. Hoyo.

3.4. EL CUERPO HUMANO Y LA SALUD

 

 

Cepazo.

 

 

M. Caída hacia delante, dando con la cara en el suelo. (En ALEA en

J-304).

 

 

Cojollos.

 

 

M. Testículos. Se utiliza como sustituto de cojones para evitar esta palabra

malsonante. Ú. En pl. como interjección. (En Amér. Por

 

cogollos).

Chimbombo.

 

 

M. Chichón.

Chorrina.

 

 

(De chorro). F. Pene de un niño. II 2. Apelativo cariñoso dirigido a un

niño o a un joven de sexo varón.

(M. Delibes en

 

Diario de un emigrante, con el signifi cado de ‘andar con

suerte’).

 

 

Ejjajorrao

 

 

(Por desgajorrado). (De des- gajorrar). Adj. Aplícase al que tiene la

garganta rota de llorar o gritar. En el DRAE y en el DUE

 

fi gura el término gajorro,

como ‘garganta’, en Andalucía. (No en ALEA).

 

 

Esmangarrillao

 

 

(Por desmangorrillao). (De des- y mangorrillo). Adj. descompuesto,

con las piezas sueltas. II

 

2. Dícese de la persona que está mal de las extremidades

inferiores.

 

 

Fitango

 

 

. M. Patatús. Or. inc.

Perriqueque

 

 

. (De perra y perrengue). M. Sofocón, rabieta.

3.5. VESTIMENTA

 

 

Bambo

 

 

(De bamboleo). M. Prenda de vestir femenina a modo de bata o camisa

suelta, abierta por delante y con botones.

 

Bambico, cuando la prenda es más corta.

(No en ALEA).

 

 

Medias-braga

 

 

(De medias y braga). F. pl. leotardos. Está claro que la palabra

leotardos resultaba demasiado extraña para una prenda tan común, por lo que el ingenio

popular la sustituyó enseguida por otra más descriptiva y cercana.

 

 

218 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

Saquito

 

 

(D. de saco). M. Jersey. Solo un caso en España en el CREA, sin embargo

hemos encontrado algunos más en prensa argentina, en encuestas orales y testimonios

en Venezuela, Guatemala, Colombia y Argentina; y dos más en Perú (novelas de Vargas

Llosa y Jaime Bayly).

3.6. VALORACIONES DE LA CONDUCTA HUMANA

La principal ocupación en pueblos pequeños es la de inmiscuirse en la vida de los

demás y llevar el control de su comportamiento en los distintos órdenes de su vida

pública o privada. De ahí al

 

chismorreo hay sólo un paso que lleva ineludiblemente a

aplicar a ciertas personas un cali

 

fi cativo generalmente con connotaciones negativas,

pues el chisme es poco dado a las alabanzas.

He seleccionado los más curiosos:

 

 

Churrumío, a

 

 

(De churumo). M. Persona que gasta poco dinero. (No en ALEA)

Espinchacaor, ra.

 

 

(De DISPENSUM p.p. de DISPENDERE) Adj. Que gasta

super

 

fl uamente todo el dinero que cae en sus manos. Despilfarrador. Ú. t. c. s. Manirroto.

(No en ALEA).

 

 

Insonrible

 

 

. Adj. Persona que come abundantemente sin llegar nunca a saciarse.

Tragón, ansioso.

 

 

(Algún caso en J y Co).

Peluso, a.

 

 

Adj. Persona de baja condición social, sin dinero y mal trazado. Sin

brillo,

 

 

sin lustre. Ú. t. c. s. Peluserío. M. Conjunto de pelusos.

Rabizo, a

 

 

. Adj. Peyor. Persona insolente y de mal estilo. Niño maleducado. (En

femenino ‘mujeres de mala vida’, según CREA).

 

 

Sé(e)

 

 

(Por ser). M. Persona de pocas luces, que no sirve para nada. Se pronuncia

con la é muy abierta, [

 

e], y larga.

Asaúras

 

 

(Por asaduras). S. y adj. Persona que obra con malicia. Malasangre. Ú.

m. c. s. (En DUE, persona

 

fl emática).

(En CREA

 

tener asaduras es ‘tener agallas’, ‘tener redaños’).

Calcucero, ra

 

 

(Por alcucero). Adj. Persona que le gusta curiosearlo todo. 2. Metijón.

Ú. t. c. s.

 

Sinón. Cazoletero, cocinica (aplicado sólo a hombres).

Essalación

 

 

(Por exhalación). F. Persona inquieta, traviesa, mala. Vete de aquí

essalación.

 

 

II 2. Rayo. Úsase en frases para desearle un mal a alguien. Mala essalación

te pille

 

 

.

3.6.1. Se aplican casi exclusivamente a los hombres los siguientes

 

 

 

Sorchante

 

 

(Der. de sorche) M. Hombre que no es muy de fi ar o que anda metido

en asuntos poco recomendables.

 

Juerguista, pendenciero.

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 219

 

 

Encerriciao

 

 

(De encerrizar). Adj. Dícese del hombre que tiene gran empeño en

una mujer. Aplícase especialmente a la pasión amorosa. II

 

2. Estar encerriciao. Estar

encelado.

 

 

Farol

 

 

. Adj. Bravucón. Postinero. Ú.t.c.s. (1 caso en J-302).

Pregonao

 

 

(Por pregonado p.p. de pregonar). Adj. Dícese del que es conocido en

el pueblo por sus hechos, pero sin llegar a ser insulto. Ú. t. c. s. Apelativo para llamar

a alguien (si es muy conocido, en realidad tiene valor afectivo).

 

 

3.6.2. Se aplican casi exclusivamente a las mujeres los siguientes

 

 

 

Para referirse preferentemente a la mujer, los términos que traemos a este estudio

poseen todos carácter peyorativo; es claro y evidente que no es una actividad común y

frecuente hablar bien de las demás, por el contrario hay mucha más a

 

fi ción al critiqueo

y es necesario poner nombre a las mujeres que destacan en este sentido.

 

 

Alcucica

 

 

(De alcuza). Adj. Peyor. Mujer metomentodo, que quiere enterarse de

todo, pero que a diferencia de la

 

alcahueta no se dedica a chismorrear. (No en ALEA).

En el DRAE vienen otros signi

 

fi cados que nada tienen que ver con este. Aunque se

emplea con sentido negativo no constituye un insulto, pues no se aplica a una actividad

que haga daño a los demás, sino que más bien esta mujer se limita a curiosear en

la casa de las demás (

 

curiosona).

Alcandora

 

 

. Adj. Peyor. (Or. Inc., tal vez de alcandor, ‘cierto afeite usado por las

mujeres’). Mujer poco

 

fi able, poco recomendable. Dícese de la mujer poco hacendosa

que se preocupa más de los asuntos (generalmente amorosos) de los demás que de los

suyos propios. Figura en DRAE como sust. f. con el signi

 

fi cado de ‘cierta vestidura a

modo de camisa’. También en DUE presenta otros signi

 

fi cados. (No en ALEA).

Farfolla.

 

 

Adj. Aplícase a la mujer con mucho volumen, pero que no vale para

nada. Ú. t. c. s. En el DRAE

 

fi gura con otro signifi cado.

Sólo este caso obtenido del CORDE:

 

 

/1/ Al lado de su marido, algo chaparro, parecía más imponente, grandona y

 

farfolla y, no

obstante, daba, a un tiempo, una curiosa sensación de ingravidez, de ligereza en tensión,

de fácil escapada, como un gran globo cautivo. (Elena Soriano, Caza menor. 1951).

 

 

Pantu

 

fl era.

Adj. Orgullosa, vanidosa. Que se da mucho postín.

Quicialera

 

 

. (De quicio).F. Mujer que pasa muchas horas del día en la puerta de

la calle (ya sea la suya o las de las vecinas) cascando. Figura en el DRAE con otro

signi

 

fi cado.

220 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

3.6.3. Despectivos

 

 

 

El uso extendido del morfema –usco para la formación de sustantivos y adjetivos

que mani

 

fi estan idea de menosprecio ha originado una serie de términos que, aunque

tengan existencia con otras formas, adoptan ésta para dejar claro y sin lugar a dudas

que se aplican con valor despreciativo. Veamos algunos:

 

 

Faltusco, a

 

 

(Por faltoso, de falto de entendimiento). Con poco juicio. Medio

tonto.

 

 

Marrandusco, a

 

 

(Der. de marrano). Adj. Aplicado a las personas, vulg. peyor.

Persona sucia, poco aseada. Aplicado a mujeres, además, si es ‘poco esmerada en las

faenas de la casa’.

 

Guarro -a.

Pelandrusco, a

 

 

(De pelandusca y pelantrín). Adj. y sust. peyor. Persona de baja

condición económica y social.

 

Peluso.

Patusco

 

2, a

. Adj. y sust. Persona zafi a y rústica, sin fi nura. En esta segunda acepción

coincide con el signi

 

fi cado que da el DRAE a pataco, palabra que pudo ser su

origen.

3.7. LA VIDA DIARIA

Quizá sea el aspecto en el que más ha cambiado la vida en los grupos sociales

del medio rural, sin embargo hemos de con

 

fi rmar que las costumbre asociadas

a actos conmemorativos o de relación social resisten con menos variaciones que en

otros ámbitos. Todavía se sale al campo o se reúnen en casas para asistir a

 

comilonas

cuando hay algo que celebrar, después vendrán los excesos y no habrá quien

 

falague

lo comido. O se forman partidas de cartas donde los más imprudentes llegan a

 

espinchacar

el capital en poco tiempo. Cuidado con las reuniones, entre hombres sobre

todo, donde no hay que

 

escantillarse para no provocar absurdas peleas. Pero de todos

los actos sociales del día ninguno se puede comparar con el de la

 

liga. En el bar se

charla de cualquier cosa, pero también se

 

apañan o conciertan los trabajos para el día

siguiente, o se cierran tratos; aunque nada como el placer de compartir una bebida con

los amigos de siempre, de echar una

 

convidá y esperar a que a otro le llegue su turno.

Eso sí se buscan los bares que más se esmeran en preparar las ricas

 

liguillas, pues a

más y mejor variedad, más veces se repite.

 

 

Escantillarse

 

 

(Der. de canto2 2, ‘límite’). Pasarse de la raya.

En el DRAE vienen otros signi

 

fi cados que nada tienen que ver con este.

Espinchacar

 

 

(Por despinchacar). Tr. Despilfarrar. Gastar desmesuradamente,

sin control, hasta consumir el capital en gastos no necesarios. Su origen puede estar

en el latín DISPENSUM, p.p. de DISPENDERE.

 

 

Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 221

 

 

Falagar

 

 

(Por desbalagar). Tr. Digerir. Hemos constatado un registro del verbo

desbalagar

 

 

en México, con el signifi cado de ‘dispersar’. En otros pueblos hemos

constatado algún registro con

 

esbalagar.

Lañar

 

 

(De laña). Tr. Robar en pequeñas cantidades. En el DRAE y en el DUE no

fi

 

gura esta acepción. Vienen otros signifi cados que nada tienen que ver con este.

Ligar.

 

 

Ir de copas por los bares o tabernas. Es costumbre sagrada en este pueblo

que al pedir la bebida te sirvan para acompañarla un aperitivo gratis, la

 

liga o liguilla.

Esta irá en proporción al valor de la bebida, en orden ascendente: vino peleón, cerveza

pequeña, cerveza grande, vino de marca. No debe confundirse con la tapa, que hay

que pedirla de una lista expuesta en la correspondiente pizarra, con sus diferentes

precios, pues hay que pagarla aparte.

 

 

Pedimento

 

 

. M. Petición de la mano de la novia por parte del novio. II 2. Celebración

con motivo de este acto. (En J y Gr). Equivale a

 

pedida: petición de mano.

Hemos podido constatar un uso en México, en la novela

 

El batallador de G.

Chávez Jr.

 

 

/2/ Consecuentemente, la tarde de aquel mismo lunes, Andrés adquirió un ramo de claveles

rojos y, sin ceremonia alguna, sin acompañantes, hizo el pedimento de la novia.

 

 

Vichea

 

 

r (Por vichar). Tr. Espiar, fi sgar. En el DRAE fi gura como fam. Argent. y

Urug. Vámonos a la plaza a ver qué vicheamos

 

 

. Darle al ojo.

En efecto, con este mismo signi

 

fi cado hemos localizado un caso en un texto de El

país de las estancias

 

 

de Guzmán, Yuyú (Argentina) y otro en la novela Hijo de hombre

de Roa Bastos (Paraguay).

 

 

/3/ A lo sumo, una pieza levantada sobre la azotea, para vichear el horizonte, era el lujo

que algunos se permitían.

/4/ Iba al Ministerio, iba al puerto a vichear los transportes...

 

 

4. CONCLUSIONES

 

 

 

Hemos recogido toda una muestra de términos que no tienen vigencia fuera de

la localidad objeto de este estudio, a lo sumo, en la intercomunicación con pueblos

limítrofes, por lo que se podría cuestionar la utilidad de este trabajo. Pensamos, no

obstante que tal y como ocurre con otras manifestaciones del ser humano – canciones,

 

 

fi

 

estas, costumbres, tradiciones, juegos, en fi n curiosidades de todo tipo– el léxico y

las modalidades locales constituyen un capítulo muy importante de los valores históricos

y culturales de nuestra Comunidad Autónoma. De ahí que el Estatuto de nuestra

Autonomía Andaluza insista en: “A

 

fi anzar la conciencia de identidad andaluza a

222 A

 

RTURO ANDÚJAR COBO

través de la investigación, difusión y conocimiento de los valores históricos, culturales,

y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad”.

Pero hoy en día nuestros pueblos asisten a un envejecimiento de la población,

generalmente acompañado por una fuerte disminución del número de sus habitantes.

Es fácil vaticinar que corremos el peligro de ver cómo, al desaparecer las personas

mayores se lleven consigo tantos y tantos valores culturales, que sólo ellos conocen,

entre los que destacamos las voces propias del lugar. Por otra parte, la gran in

 

fl uencia

de los medios de comunicación en nuestros jóvenes ha desarrollado entre ellos un

argot común en el que no tienen cabida los términos locales, puesto que su uso daría

una imagen que no se ajusta al per

 

fi l de joven actual y urbano. Si a este abandono

por parte de la población de menor edad unimos los avances tecnológicos, el cambio

en los modos de vida, las nuevas formas de relación social, etc., la desaparición del

léxico local será un hecho.

Ya sabemos que la pronunciación de ciertos rasgos orales de nuestra modalidad

puede in

 

fl uir en la estimación social del emisor, por lo que habrá de tenerse en cuenta

qué rasgos orales constituyen el modelo propio del nivel correspondiente a cada

situación comunicativa. Se especula también acerca de la posibilidad de una escritura

diferenciada para el habla andaluza, con los consiguientes problemas de enfrentamiento

a las normas ortográ

 

fi cas académicas y de aceptación en los diferentes medios.

Creemos que el léxico está relacionado con ambas propuestas, en tanto que como

vemos algunos términos tienen pronunciación y escritura propias, pero también tiene

que ver con la consideración social: el empleo de un léxico determinado es decisivo

muchas veces para etiquetar a alguien como cateto o como persona culta. Pero además

está el tema de la

 

comunicación posible, es decir, el uso de este vocabulario específi co

estará íntimamente relacionado con el ámbito geográ

 

fi co en el que tenga vigencia

entre sus habitantes o en contextos situacionales donde no di

 

fi culte la comunicación.

Creemos que esa debe ser nuestra única limitación y no otra.

 

 

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del español actual.

 

 

(2010).

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OPERO, M. (2001): “Sociolingüística andaluza: problemas y perspectivas”, Sociolingüística

Andaluza, 12,

 

 

Universidad de Sevilla, 21-48.

Este volumen contiene un conjunto de trabajos que son el resultado

de estudios realizados por los miembros del Grupo de Investigación

“Sociolingüística Andaluza”, así como por otros colaboradores

expertos en los diversos ámbitos descriptivos y aplicados de la

modalidad lingüística andaluza. Aquí se abordan variados temas de

interés actual, tales como el lenguaje institucional y de los medios de

comunicación, los usos gramaticales propios de la oralidad, la

fonología y sus repercusiones gráficas en determinados autores

literarios, las convergencias y divergencias geográficas y sociales, la

conformación del léxico y sus usos discursivos, así como las aplicaciones

a la enseñanza de la lengua. Estas aportaciones se suman a las

que ya han sido publicadas a lo largo de los años en otros volúmenes

de esta misma serie Sociolingüística Andaluza.

 

 

ISBN 978-84-472-1459-4

 

 

9 788447 214594

 

 

 

 

 

studios descriptivos y aplicados

 

sobre el andaluz

Publicaciones de la Universidad de Sevilla