SOCIOLINGÜÍSTICA
ANDALUZA
DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA
16
E
SOCIOLINGÜÍSTICA
ANDALUZA
DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA
16
Estudios descriptivos y aplicados
sobre el andaluz
Publicaciones
de la Universidad de Sevilla
SOCIOLINGÜÍSTICA
ANDALUZA
DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA
16
Estudios descriptivos y aplicados
sobre el andaluz
Publicaciones de la Universidad de Sevilla
SOCIOLINGÜÍSTICA ANDALUZA 16
Estudios descriptivos y aplicados sobre el andaluz
E
SOCIOLINGÜÍSTICA
ANDALUZA 16
Sevilla 2013
R
G S
R
M G
(coords.)
Serie: Lingüística
Núm.: 42
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro
puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico
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almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso
escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.
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© ROSARIO GUILLÉN SUTIL
ROSARIO MILLÁN GARRIDO (coords.) 2013
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ISBN: 978-84-472-1459-4
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Impresión:
Motivo de cubierta: Autor del azulejo Manuel Castro Luna.
C
:
Antonio Caballos Ru
fi no
(Director del Secretariado de Publicaciones)
Carmen Barroso Castro
Jaime Domínguez Abascal
José Luis Escacena Carrasco
Enrique Figueroa Clemente
Mª Pilar Malet Maenner
Inés Mª Martín Lacave
Antonio Merchán Álvarez
Carmen de Mora Valcárcel
Mª del Carmen Osuna Fernández
Juan José Sendra Salas
La publicación de este volumen ha sido posible gracias a las
ayudas concedidas por la Consejería de Innovación, Ciencia
y Empresa (Junta de Andalucía) al Grupo de Investigación
Sociolingüística Andaluza (HUM 141) de la Universidad de
Sevilla, dentro del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo
e Innovación.
ÍNDICE
PRESENTACIÓN ......................................................................................................11
LAS PREGUNTAS DE CONTROL AL GOBIERNO EN EL
PARLAMENTO ANDALUZ: SOLIDARIDAD Y CONFRONTACIÓN .................13
C
ATALINA FUENTES RODRÍGUEZ
SUFIJACIÓN APRECIATIVA EN EL HABLA URBANA DE SEVILLA
(NIVELES MEDIO Y POPULAR) ...........................................................................45
R
OSARIO GUILLÉN SUTIL
LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO PERSONAL EN EL
HABLA DE SEVILLA ..............................................................................................65
M
ARTA LEÓN-CASTRO GÓMEZ
DESARROLLO Y SEXISMO EN LA COMPLEJIDAD DEL LENGUAJE
EN LAS ESCUELAS ANDALUZAS .......................................................................85
R
OSARIO MILLÁN GARRIDO
BREVES ANOTACIONES HEURÍSTICAS A PROPÓSITO DE LA
CONSTRUCCIÓN DE RELATIVO CON PREPOSICIÓN ...................................103
J
OAQUÍN ROMERO HEREDIA
GRAFÍAS MERIDIONALES EN AUTORES SEVILLANOS DEL SIGLO
DE ORO Y OTROS PEQUEÑOS ASPECTOS NO MENOS INTERESANTES ..127
M
ANUEL ARIZA VIGUERA
LOS VALORES DISTINTIVOS EN LAS UNIDADES Y EN LOS
PROCESOS FONOLÓGICOS DE LAS CONSONANTES ANDALUZAS ..........137
P
EDRO CARBONERO CANO
SESEO, CECEO Y DISTINCIÓN EN LAS PIEZAS CORTAS DE LOS
ÁLVAREZ QUINTERO ..........................................................................................147
R
AFAEL JIMÉNEZ FERNÁNDEZ
ACTOS DE IDENTIDAD: ¿POR QUÉ PERSISTE EL USO DE
LOS RASGOS LINGÜÍSTICOS DE BAJO PRESTIGIO SOCIAL?
DIVERGENCIA GEOGRÁFICA Y SOCIAL EN EL ESPAÑOL URBANO
DE ANDALUCÍA ....................................................................................................173
J
UAN ANDRÉS VILLENA PONSODA
ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES DE UN
MUNDO RURAL. EL HABLA DE VILLANUEVA DE LA REINA (JAÉN) .......209
A
RTURO ANDÚJAR COBO
ASPECTOS LÉXICOSEMÁNTICOS DE LAS COMBINACIONES
SINTAGMÁTICAS HABITUALIZADAS EN LA VARIEDAD
LINGÜÍSTICA ANDALUZA ..................................................................................225
Mª A
UXILIADORA CASTILLO CARBALLO
EUFEMISMOS Y DISFEMISMOS EN EL ESPAÑOL HABLADO EN
ANDALUCÍA ..........................................................................................................235
J
UAN MANUEL GARCÍA PLATERO
ANDALUCISMOS EN LA OBRA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ ......................245
J
OSEFA Mª MENDOZA ABREU Y ALBERTO GARCÍA MENDOZA
ANGLICISMOS Y VARIACIÓN EN EL LÉXICO DEL HABLA CULTA DE
SEVILLA .................................................................................................................275
J
UANA SANTANA MARRERO
ESTUDIO SOBRE LOS ANDALUCISMOS DE ORIGEN GRIEGO ...................295
A
DAMANTÍA ZERVA
HACIA UNA PROPUESTA CURRICULAR PARA LA ENSEÑANZA DEL
ANDALUZ EN LA ESO .........................................................................................313
V
ÍCTOR CANTERO GARCÍA
ORTOLOGÍA ANDALUZA Y NOR MA POLICÉNTRICA PANHISPÁNICA .....333
L
UIS CARLOS DÍAZ SALGADO
ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES
DE UN MUNDO RURAL. EL HABLA DE VILLANUEVA DE LA
REINA (JAÉN)
ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL ANDALUZ: VOCES DE UN MUNDO RURAL. EL HABLA...
A
RTURO ANDÚJAR COBO
PRESENTACIÓN
La
fi nalidad del presente trabajo es la de constatar la existencia de unas peculiaridades
sociolingüísticas en el ámbito del habla andaluza que permiten identi
fi car
una variedad local, la de Villanueva de la Reina, pueblo de la zona occidental de la
provincia de Jaén. Queremos asimismo resaltar la riqueza y variedad de las hablas
andaluzas, sin sentimiento de superioridad o de inferioridad lingüísticas. Para contribuir
a conservar y a enriquecer el tesoro cultural que representa nuestro patrimonio
léxico, desterrando aquellos rasgos que obedecen más a un registro vulgar que a una
variedad local y desarrollando entre los hablantes de la localidad la idea de pertenencia
a una comunidad, la andaluza, cuya modalidad de habla existe junto a las restantes del
español; queremos, pues, poner el acento en que no se pierda de vista la perspectiva
global que supone la referencia del español estándar como lengua ejemplar.
Conviene advertir que entre la diversidad de factores que intervienen en el proceso
de división interna en la evolución de los dialectos, son especialmente destacables
la variedad geográ
fi ca y los condicionamientos derivados de la población y la
economía.
De ahí que, en la actualidad los estudios del habla vayan enfocados desde un
punto de vista sociolingüístico.
Dice V. Lamíquiz (2001:15):
“[…] debemos insistir en el aspecto social de la lengua. De los vínculos que interrelacionan
la sociedad y la lengua se ocupa concretamente la sociolingüística”.
1. INFORMACIÓN DEL PUEBLO
Teniendo en cuenta que un habitante de Villanueva de la Reina advierte cuando
un hablante es de otro lugar y que es capaz de identi
fi car a alguien como del pueblo
210 A
RTURO ANDÚJAR COBO
por su forma de hablar, hemos de convenir en que existe una conciencia de variedad
lingüística diferenciada entre las personas de esta localidad, que se constituye como
signo de identi
fi cación del grupo (Vid. A. Andujar, 1999).
Conozcamos en primer lugar algunos datos de este pueblo.
Villanueva de la Reina está situado geográ
fi camente en el límite entre la campiña
occidental y la sierra norte de la provincia de Jaén muy próxima a la división con la
provincia de Córdoba. No aparece en el ALEA, pero las líneas isoglosas lo de
fi nirían
como propio de la subzona que se establece en torno al centro de Jaén, Granada y
Almería, sin olvidar su proximidad a la zona occidental de Andalucía (Narbona, A.
y Morillo-Velarde, R, 1987). Por esta razón lo situaremos con respecto a los pueblos
que allí
fi guran:
– Está situado a 31 kms. al SO de J 103 (Baños de la Encina), a 28 kms. al
O de J 301 (Jabalquinto) –seseante–, a 5 kms. al N de J 302 (Cazalilla)
–seseante–, a 25 kms al E de J 303 (Arjonilla), a 30 kms. al NO de J 304
(Torrequebradilla), a 25 kms. al N de J 305 (Fuerte del Rey), a 33 kms. al
NE de J 306 (Porcuna) y a 36 kms. al NO de J 308 (Jaén).
– Además, se encuentra rodeado por Espeluy (6kms.), Higuera de Arjona
(9kms.), Andújar (17kms.) y Bailén (19kms.). Estos dos últimos son pueblos
seseantes. Finalmente se encuentra a 17kms. de Mengíbar, único pueblo
ceceante de la zona.
Por otra parte, podemos decir con palabras del profesor Bustos Tovar, J. J. (1997)
que las áreas léxicas que existen en el dominio andaluz “son el resultado de un largo
proceso histórico en el que intervienen de modo decisivo dos factores: el origen de la
repoblación y las condiciones de vida que impone el medio físico”
.
En el caso que nos ocupa la repoblación se llevó a cabo con murcianos y castellanos
manchegos, sobre todo procedentes de la zona oriental de los reinos de Castilla
y Aragón.
En cuanto a las condiciones de vida haremos notar que el pueblo está enclavado
en una zona de profundas raíces agrarias, tanto en lo que se re
fi ere a las actividades
agrícolas como al ruralismo que impregna toda la vida social y cultural de sus habitantes.
Así pues, su economía se basa en la riqueza agrícola –en otro tiempo acompañada
por pequeñas explotaciones ganaderas, sobre todo de cabras, ovejas y cerdos– y en el
sector servicios.
2. RASGOS DEL ANDALUZ PROPIOS DE ESTA LOCALIDAD
Esta variedad lingüística se corresponde, en general, con la que se considera
como modalidad de habla propia de la zona de Andalucía oriental a la que pertenece,
aunque con rasgos propios que advertimos en el comportamiento comunicativo de los
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 211
interlocutores y que se mani
fi esta en un conjunto de realizaciones fonéticas, de entonaciones,
de rasgos morfosintácticos y de vocabulario que la de
fi nen y la sitúan geográfi -
camente; en de
fi nitiva que nos permiten identifi car a los hablantes de esta localidad.
2.1. RASGOS FONÉTICOS Y MORFOSINTÁCTICOS
a) Uno de los rasgos más de
fi nidores del andaluz es la pronunciación de las
sibilantes. La localidad está rodeada por pueblos
seseantes excepto uno
–Mengíbar– que es
ceceante, sin embargo aquí se da una perfecta distinción
entre los fonemas /s/ y /
q/. Dentro de las diferentes realizaciones de /s/ que
se pueden dar en las zonas del andaluz, en la variedad local que nos ocupa se
pronuncia una variedad intermedia entre la s coronal cordobesa y la s ápico
alveolar castellana en convivencia con la s coronal castellana.
b) Con respecto a la velar fricativa sorda /x/ (también /j/) hemos de señalar que,
lejos de aspirarse, es tensa, vibrante, y rehilada. Se pronuncia por vibración
del velo del paladar, es decir, como velar uvular vibrante.
c) El yeísmo está extendido entre los habitantes de este pueblo con realización
de /y/ como dentoalveolar fricativa sonora, ya proceda de
y o de ll.
d) La pronunciación del fonema /C/ correspondiente a
ch- inicial es como dentoalveolar
africada, si bien en posición inicial convive con otra pronunciación
más próxima a la predorsal africada.
e) El sistema vocálico cuenta con tres vocales muy abiertas /
a/ /e/ /w/ además
de las otras cinco vocales del español, que también son largas en posición
fi
nal de palabra. La existencia de estos fonemas tendrá consecuencias morfosintácticas,
tal y como podemos observar en las siguientes notas, que vienen
a con
fi rmar las palabras del profesor M. Ropero (2001:42):
“Muchos de los rasgos gramaticales peculiares del andaluz son resultado o
consecuencia directa de los cambios producidos en el plano fónico”
Casos en que se usan estos fonemas vocálicos abiertos:
1. Siempre que se ha perdido una consonante
fi nal, ejm. /kánqe/.
2. Como sustitución de la /s/ del plural, en lugar de aspiración se produce
la abertura de la vocal
fi nal, aunque no tenga valor distintivo,
como es el caso de
paredes: /parede/ frente a pared: /pare/ Esto es
válido igualmente para la vocal del determinante aun cuando el sustantivo
comience por vocal, así en
las hojas: /la wxa/. La vocal del determinante
se pronunciará formando hiato con la inicial que le sigue, a
veces, acompañada de una leve aspiración sorda. En este caso podemos
hablar de
valor morfológico para la distinción singular/plural.
212 A
RTURO ANDÚJAR COBO
3. En la vocal
fi nal de la 2ª persona del singular de los verbos con valor
morfológico para distinguirlas de la 3ª. Así
vienes/viene se corresponde
con /bi
ene/ frente a /biéne/.
4. En la 2ª persona del singular del pretérito inde
fi nido, las terminaciones
–aste–, –iste–,
sufren metátesis con desplazamiento de la -s- al fi nal, lo
que provoca la abertura de la vocal
fi nal y de la tónica anterior que ha
perdido la consonante. Así
llegaste: /yegate/ y viniste: /biníte/.
5. Tenemos que hacer notar,
fi nalmente, que la abertura de la vocal fi nal,
sea por la razón que sea, provoca siempre por
armonía vocálica la
abertura de la vocal tónica y de las demás vocales de la palabra.
f) En la 1ª y 2ª persona del plural del Pretérito Imperfecto el hiato se pronuncia
como diptongo desplazando el acento, en la 1ª persona a la posición de
grave,
teníamos: /teniámw/; y en la 2ª, a la de aguda, teníais: /teniái/.
g) Es habitual en la pronunciación del gerundio seguido del pronombre personal
os
la aparición de una /r/ epentética. Así, /yamándwrw/ o /diqiéndwrw/
por
llamándoos o diciéndoos.
h) La pronunciación del grupo
–rl– se soluciona con la duplicación de la consonante
–l.
Así /koxél-lo/ por cogerlo, o /pél-la/ por perla.
i) Respecto al grupo
–sb– se adoptan dos soluciones diferentes:
1. Ambas consonantes se pronuncian como la labiodental fricativa sorda
/f/ geminada, como en /effragetáo/ por
desbraguetado.
2. Las dos consonantes se pronuncian como la bilabial sonora fricativa
geminada /b/, como en /debbeláo/,
j) Por último, por no hacer demasiado extenso este apartado, señalaremos que
en el grupo consonántico
–sg– se produce el ensordecimiento y geminación
de la consonante /g/ que pasa a pronunciarse como /x/ (o fonema /j/),
así ocurre en /dixxú
hto/ por disgusto, en ocasiones pronunciado también /
di
hjúhto/.
Para
fi nalizar este rápido recorrido destacaremos dos últimos detalles en la pronunciación
y en la
entonación:
1. El primero es compartido con otras zonas de esta provincia. Se trata del
ronquío
y consiste en una vibración muy tensa que se produce en el velo del
paladar –suele terminar con una /o/ producida al cerrar la boca– en fase de
inspiración, especialmente para dar una respuesta que se considera obvia o
para rea
fi rmarse en lo dicho con anterioridad: -Entonces, ¿tú eres de Jaén?
–“Jrjrjro”, pues claro.
Hemos de hacer notar que se trata de un fenómeno
en regresión, que sólo se conserva en personas de edad avanzada.
2. El otro rasgo es tan acusado que por sí solo permitiría identi
fi car a un
hablante como de Villanueva de la Reina. Se trata de la prolongación del
último sonido en una frase interrogativa, con un tono característico que no
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 213
llega a ascender en el caso de anticadencia, ni a descender en el caso de
cadencia. Este deje –que aquí llamamos
rabo– confi ere una tonalidad especial
a toda la pregunta al detener la in
fl exión de la curva melódica, al mismo
tiempo que prolonga el último sonido.
2.2. OTROS RASGOS
Hemos querido recoger estos detalles que nos parecen signi
fi cativos, para mejor
de
fi nición de los rasgos del andaluz en este lugar concreto:
a) En el uso de
vosotros y ustedes se siguen las mismas reglas que en el español
estándar.
b) El uso de los pronombres personales objeto:
lo, la, le, los, las, les; se ajusta
escrupulosamente a las normas de la Gramática de la Lengua Española, sin
que hayamos podido constatar ni un solo caso de loísmo, laísmo o leísmo.
c) Es generalizado y casi exclusivo el uso del diminutivo
–ico. Destacaremos
entre este grupo de hablantes su alta frecuencia de empleo con el gerundio,
así:
ve callandico, me estoy orinandico, se ha quedado durmendico.
d) Para la formación de sustantivos de persona con valor despectivo se utiliza
frecuentemente el su
fi jo –usco, así: faltusco, pelandrusco, marrandusco...
3. ESTUDIO SOCIOLINGÜÍSTICO DEL VOCABULARIO
Entre las características del Habla Andaluza siempre se ha destacado su riqueza
léxica y una extraordinaria creatividad semántica. El repertorio léxico que vamos a
ofrecer a continuación representa sólo una muestra signi
fi cativa del total de términos
obtenidos del testimonio oral de los habitantes de esta localidad, seleccionados por
ser personas de más de cuarenta años y que han pasado la mayor parte de su vida en
el pueblo. Pertenecen a una capa social media o baja, que constituyen el 80% de la
población, el resto, media-alta o “señoritos” intentan con frecuencia distinguirse en
su forma de hablar para marcar su diferente situación social; no obstante conocen y
entienden perfectamente los términos aquí seleccionados. Igualmente, los jóvenes con
mayor nivel cultural y menos arraigados en el ambiente socioeconómico del pueblo se
alejan cada vez más de estos usos lingüísticos.
El tiempo y el espacio nos obligan a limitar su extensión, que reduciremos casi
en su totalidad a términos surgidos de la creatividad propia de los andaluces y de los
cambios de sentido del vocabulario común; aun a riesgo de dejar fuera de la lista otras
voces con iguales posibilidades. Por lo tanto hemos considerado especialmente que:
– No aparezcan en el
Diccionario de la Real Academia Española, citado como
DRAE, ni en el
Diccionario de Uso del Español (DUE)
214 A
RTURO ANDÚJAR COBO
– Aparezcan en alguno de los dos diccionarios mencionados, pero no con la
acepción que aquí se recoge.
– Sean términos que no pertenecen al español estándar, sino que están considerados
como en desuso, andalucismos, propios de alguna otra región o de
otro país.
Al mismo tiempo haremos notar su aparición en el
Atlas Lingüístico y Etnográfi co
de Andalucía
(ALEA).
Hemos preferido respetar la ortografía de la lengua escrita salvo en los casos
siguientes:
– Si la pronunciación obedece a fenómenos muy extendidos (caso de -/sb/– >
/f/, como en
falagar por (de)sbalagar.
– Con palabras que ni en los registros más cultos se emplean de otra forma,
pues la pronunciación de todas sus letras alteraría su signi
fi cado (así (d)
esmayao
= muerto de hambre, nunca será lo mismo que desmayado= que ha
perdido el conocimiento).
En cualquier caso añadimos la equivalencia ortográ
fi ca correcta para evitar cualquier
confusión, salvo en los participios en
–ado, en los que no creemos necesario
señalar que falta la
–d– por ser éste un fenómeno muy extendido.
Nuestra lista de términos la hemos organizado en núcleos temáticos.
3.1. VOCES DEL CAMPO, FAENAS E INSTRUMENTOS AGRÍCOLAS
La principal riqueza de este pueblo radica en su agricultura y concretamente en
el cultivo del olivar para la obtención de aceite. A lo largo del año son muchas las
labores que requiere, la
corta, desvaretado, la cava de pies, los suelos; pero la principal
actividad para la vida de la comunidad es la
recogida. Se comienza por el vareo,
generalmente son los hombres los que manejan el
varillo, para que luego, sobre todo
las mujeres, recojan las aceitunas que han caído al suelo o en los
fardos.
De la
oliva se dice que está enchozá o que tiene mucha harapera cuando tiene
mucha frondosidad o sus ramas llegan hasta el suelo.
La
tierra calma para el cereal debe ser labrada con arado tirado por las yuntas.
Cada
obrá se corresponde con un día de trabajo.
En las eras se trilla y se
ablenta la parva hasta obtener el grano. La paja resultante
se acumula en los
balagueros hasta ser empacada o transportada para su
almacenamiento.
El valle del Guadalquivir ofrece fértiles terrenos que se dedican al cultivo de
hortalizas como las
habicholillas o los cuarrecos y los árboles frutales.
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 215
Pero siempre me llamó la atención el término
charnaque para designar ese cobertizo
que se hace en el campo con el
fi n de tener donde resguardarse del sol, dejar el
hato y las cosas que cada día se llevan para echar el
jornal e incluso servir como puesto
de guardia desde donde vigilar que no te roben en el
piojar el fruto de tu cosecha.
Balaguero.
(De bálago). M. Montón grande de paja de cereal en la era. (La traemos
aquí porque no aparece en ALEA).
Carrueco.
M. Fruto de la familia de la calabaza de forma más alargada y color
anaranjado.
Cuarreco. (Algunos casos en ALEA).
Charnaque.
M. Chozo o cobertizo rudimentario y provisional. Por ejemplo, el
que se hace en el campo para guarecerse del sol y dejar allí el hato.
Chambao. (1 caso
en J). También lo recoge el ALEA como sinónimo de
cortijillo en las eras.
Formaría parte del mismo campo semántico que:
Sombrajo
. m. Cualquier reparo o resguardo de ramas, mimbres, esteras, etc.,
para hacer sombra.
Chozo
. Cobertizo rudimentario y provisional.
Chamizo
. (De chamiza).3. m. Choza cubierta de chamiza (ǁ hierba).
Cañizo
. (De caña). Choza cubierta con cañas tejidas o entrelazadas.
Choza
o cabaña. Construcción rústica y tosca realizada con materiales que ofrece
el entorno campestre: palos, cañas, ramas, hojas, etc. que sirve para refugiarse en el
campo.
Cortijillo
. Construcción de obra, sencilla y humilde que tiene como función guardar
aperos de labranza y que permite guarecerse de las inclemencias del tiempo.
Enchozá
(De choza). Adj. Dícese de la oliva que está cargada de aceituna. Alude
a que las ramas por el peso del fruto llegan hasta el suelo formando como una choza.
(No en ALEA).
Harapera
(De harapo). F. Conjunto de las ramas más bajas de la oliva. Ramas
que cuelgan en la oliva. (No en ALEA).
Habicholilla
(D. de habichuela). F. Judía verde. No fi gura en el DRAE. (En
ALEA, sólo en esta comarca).
Obrá (obrada)
. M. Labor realizada por una yunta en una jornada de labranza.
Piojar
. (Por pegujar). M. Pequeña extensión de terreno agrícola (pedazo) que
el dueño de la
fi nca cede para su explotación a alguno de sus trabajadores más
principales…
Zurribanco.
M. Surco de tierra en un campo de labor. (No se recoge en el ALEA).
3.2. CASA
La casa familiar es el núcleo en torno al cual gira la principal actividad diaria de la
mujer y los hijos y el lugar donde se recupera y reposa el hombre de las duras faenas
de su quehacer diario.
216 A
RTURO ANDÚJAR COBO
Una buena
lumbre da la vida en el invierno, al tiempo que permite aprovechar
los palos procedentes de la corta de las olivas. Como en ocasiones se utilizaba como
cocina para hacer la comida, se necesitaba un
canto para no tener que tocar las ollas.
Estas lumbres se montaban sobre una pequeña plataforma, bajo la chimenea delimitada
por un bordillo o
cercolillo, del resto de la estancia. El acceso a la casa estaba
elevado sobre el
acerado de la calle por una cerviguera o escalón de buena altura para
evitar que entrara la lluvia o el barro en épocas de temporal.
Las dependencias estaban organizadas a lo largo del
hilo o pasillo principal
que iba desde la puerta de entrada hasta la puerta del patio, y a él se abrían las
principales estancias de la casa. Cuando era una casa de campo modesta sin
puerta
falsa
, por este hilo accedía o salían las bestias que estaban alojadas en el último
corral, por esta razón se cubría con materiales más duros que lo diferenciaba del
resto del pavimento.
Canto
2
M. Pieza curva de hierro formada por una banda de unos ocho centímetros
de ancha (como media luna), con un asa en la parte exterior, que se usaba para acercar
los pucheros de barro con poca base a la lumbre. (En ALEA, como
morillos).
Carterica.
F. Bolsita de papel de tamaño pequeño y forma rectangular. CARTERICA
de azafrán.
Cercolillo
(Der. de cerco). M. Plataforma de ladrillo más alta que el nivel del
suelo, que separa de éste la zona de la lumbre en una chimenea. (Sólo 1 caso en
J-302).
Cerviguera
(De cerviz fi g.). Escalón en la puerta de entrada a la casa. El nombre
hace alusión al abultamiento parecido al del morrillo de la cerviz, como otros derivados
de esta palabra que recoge el DUE:
cerviguillo o cervigón (morrillo), cervigal
(almohada).
Cerviguillo
(De cerviz fi g.). Pequeño escalón que separa dos espacios de diferente
altura. Se aplica especialmente al bordillo de los acerados.
Follaó
(Por follador). M. Pieza de tela que se usa para calentar personas y animales
y evitar que se enfríen. En su confección se emplean trozos de mantas viejas
y lanas usadas. En el DRAE,
follador es la persona que afuella en una fragua. Su
origen pudiera tener relación con el sustantivo
folgo (D. de follicus, fuelle) ‘bolsa de
pieles para cubrir y abrigar las piernas’, si atendemos a su uso. Aunque también podría
proceder de
folla2: ‘mezcolanza, conjunto desordenado de muchas cosas’, atendiendo
a la forma de estar confeccionado.
Hilo
(h. de la casa). M. Sucesión de portales, que van desde la puerta de entrada a
la puerta del patio. Ocupa el centro de la casa. Este signi
fi cado no lo recoge el DRAE
ni el DUE.
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 217
3.3. ALIMENTACIÓN
Sólo traemos un término por ser este representativo de la cultura y la tradición
de esta comarca: el
canto. Constituía la base de la alimentación a distintas horas del
día, salvo en la cena, cuando el hombre trabajaba en el campo. Por la mañana como
complemento al café, en el almuerzo relleno con un tomate estrujado y acompañado
de bacalao, tocino, embutidos, según los posibles de cada uno. Por la tarde en la
merendica
con azúcar o una onza de chocolate.
Canto
1
M. Trozo de pan en forma de barco al que se le saca el migajón del centro
para rellenarlo con aceite. Procede de la costumbre de usar para este menester el
canto
o cantero
de los panes grandes y redondos. Sinón. Hoyo.
3.4. EL CUERPO HUMANO Y LA SALUD
Cepazo.
M. Caída hacia delante, dando con la cara en el suelo. (En ALEA en
J-304).
Cojollos.
M. Testículos. Se utiliza como sustituto de cojones para evitar esta palabra
malsonante. Ú. En pl. como interjección. (En Amér. Por
cogollos).
Chimbombo.
M. Chichón.
Chorrina.
(De chorro). F. Pene de un niño. II 2. Apelativo cariñoso dirigido a un
niño o a un joven de sexo varón.
(M. Delibes en
Diario de un emigrante, con el signifi cado de ‘andar con
suerte’).
Ejjajorrao
(Por desgajorrado). (De des- gajorrar). Adj. Aplícase al que tiene la
garganta rota de llorar o gritar. En el DRAE y en el DUE
fi gura el término gajorro,
como ‘garganta’, en Andalucía. (No en ALEA).
Esmangarrillao
(Por desmangorrillao). (De des- y mangorrillo). Adj. descompuesto,
con las piezas sueltas. II
2. Dícese de la persona que está mal de las extremidades
inferiores.
Fitango
. M. Patatús. Or. inc.
Perriqueque
. (De perra y perrengue). M. Sofocón, rabieta.
3.5. VESTIMENTA
Bambo
(De bamboleo). M. Prenda de vestir femenina a modo de bata o camisa
suelta, abierta por delante y con botones.
Bambico, cuando la prenda es más corta.
(No en ALEA).
Medias-braga
(De medias y braga). F. pl. leotardos. Está claro que la palabra
leotardos resultaba demasiado extraña para una prenda tan común, por lo que el ingenio
popular la sustituyó enseguida por otra más descriptiva y cercana.
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RTURO ANDÚJAR COBO
Saquito
(D. de saco). M. Jersey. Solo un caso en España en el CREA, sin embargo
hemos encontrado algunos más en prensa argentina, en encuestas orales y testimonios
en Venezuela, Guatemala, Colombia y Argentina; y dos más en Perú (novelas de Vargas
Llosa y Jaime Bayly).
3.6. VALORACIONES DE LA CONDUCTA HUMANA
La principal ocupación en pueblos pequeños es la de inmiscuirse en la vida de los
demás y llevar el control de su comportamiento en los distintos órdenes de su vida
pública o privada. De ahí al
chismorreo hay sólo un paso que lleva ineludiblemente a
aplicar a ciertas personas un cali
fi cativo generalmente con connotaciones negativas,
pues el chisme es poco dado a las alabanzas.
He seleccionado los más curiosos:
Churrumío, a
(De churumo). M. Persona que gasta poco dinero. (No en ALEA)
Espinchacaor, ra.
(De DISPENSUM p.p. de DISPENDERE) Adj. Que gasta
super
fl uamente todo el dinero que cae en sus manos. Despilfarrador. Ú. t. c. s. Manirroto.
(No en ALEA).
Insonrible
. Adj. Persona que come abundantemente sin llegar nunca a saciarse.
Tragón, ansioso.
(Algún caso en J y Co).
Peluso, a.
Adj. Persona de baja condición social, sin dinero y mal trazado. Sin
brillo,
sin lustre. Ú. t. c. s. Peluserío. M. Conjunto de pelusos.
Rabizo, a
. Adj. Peyor. Persona insolente y de mal estilo. Niño maleducado. (En
femenino ‘mujeres de mala vida’, según CREA).
Sé(e)
(Por ser). M. Persona de pocas luces, que no sirve para nada. Se pronuncia
con la é muy abierta, [
e], y larga.
Asaúras
(Por asaduras). S. y adj. Persona que obra con malicia. Malasangre. Ú.
m. c. s. (En DUE, persona
fl emática).
(En CREA
tener asaduras es ‘tener agallas’, ‘tener redaños’).
Calcucero, ra
(Por alcucero). Adj. Persona que le gusta curiosearlo todo. 2. Metijón.
Ú. t. c. s.
Sinón. Cazoletero, cocinica (aplicado sólo a hombres).
Essalación
(Por exhalación). F. Persona inquieta, traviesa, mala. Vete de aquí
essalación.
II 2. Rayo. Úsase en frases para desearle un mal a alguien. Mala essalación
te pille
.
3.6.1. Se aplican casi exclusivamente a los hombres los siguientes
Sorchante
(Der. de sorche) M. Hombre que no es muy de fi ar o que anda metido
en asuntos poco recomendables.
Juerguista, pendenciero.
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 219
Encerriciao
(De encerrizar). Adj. Dícese del hombre que tiene gran empeño en
una mujer. Aplícase especialmente a la pasión amorosa. II
2. Estar encerriciao. Estar
encelado.
Farol
. Adj. Bravucón. Postinero. Ú.t.c.s. (1 caso en J-302).
Pregonao
(Por pregonado p.p. de pregonar). Adj. Dícese del que es conocido en
el pueblo por sus hechos, pero sin llegar a ser insulto. Ú. t. c. s. Apelativo para llamar
a alguien (si es muy conocido, en realidad tiene valor afectivo).
3.6.2. Se aplican casi exclusivamente a las mujeres los siguientes
Para referirse preferentemente a la mujer, los términos que traemos a este estudio
poseen todos carácter peyorativo; es claro y evidente que no es una actividad común y
frecuente hablar bien de las demás, por el contrario hay mucha más a
fi ción al critiqueo
y es necesario poner nombre a las mujeres que destacan en este sentido.
Alcucica
(De alcuza). Adj. Peyor. Mujer metomentodo, que quiere enterarse de
todo, pero que a diferencia de la
alcahueta no se dedica a chismorrear. (No en ALEA).
En el DRAE vienen otros signi
fi cados que nada tienen que ver con este. Aunque se
emplea con sentido negativo no constituye un insulto, pues no se aplica a una actividad
que haga daño a los demás, sino que más bien esta mujer se limita a curiosear en
la casa de las demás (
curiosona).
Alcandora
. Adj. Peyor. (Or. Inc., tal vez de alcandor, ‘cierto afeite usado por las
mujeres’). Mujer poco
fi able, poco recomendable. Dícese de la mujer poco hacendosa
que se preocupa más de los asuntos (generalmente amorosos) de los demás que de los
suyos propios. Figura en DRAE como sust. f. con el signi
fi cado de ‘cierta vestidura a
modo de camisa’. También en DUE presenta otros signi
fi cados. (No en ALEA).
Farfolla.
Adj. Aplícase a la mujer con mucho volumen, pero que no vale para
nada. Ú. t. c. s. En el DRAE
fi gura con otro signifi cado.
Sólo este caso obtenido del CORDE:
/1/ Al lado de su marido, algo chaparro, parecía más imponente, grandona y
farfolla y, no
obstante, daba, a un tiempo, una curiosa sensación de ingravidez, de ligereza en tensión,
de fácil escapada, como un gran globo cautivo. (Elena Soriano, Caza menor. 1951).
Pantu
fl era.
Adj. Orgullosa, vanidosa. Que se da mucho postín.
Quicialera
. (De quicio).F. Mujer que pasa muchas horas del día en la puerta de
la calle (ya sea la suya o las de las vecinas) cascando. Figura en el DRAE con otro
signi
fi cado.
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RTURO ANDÚJAR COBO
3.6.3. Despectivos
El uso extendido del morfema –usco para la formación de sustantivos y adjetivos
que mani
fi estan idea de menosprecio ha originado una serie de términos que, aunque
tengan existencia con otras formas, adoptan ésta para dejar claro y sin lugar a dudas
que se aplican con valor despreciativo. Veamos algunos:
Faltusco, a
(Por faltoso, de falto de entendimiento). Con poco juicio. Medio
tonto.
Marrandusco, a
(Der. de marrano). Adj. Aplicado a las personas, vulg. peyor.
Persona sucia, poco aseada. Aplicado a mujeres, además, si es ‘poco esmerada en las
faenas de la casa’.
Guarro -a.
Pelandrusco, a
(De pelandusca y pelantrín). Adj. y sust. peyor. Persona de baja
condición económica y social.
Peluso.
Patusco
2, a
. Adj. y sust. Persona zafi a y rústica, sin fi nura. En esta segunda acepción
coincide con el signi
fi cado que da el DRAE a pataco, palabra que pudo ser su
origen.
3.7. LA VIDA DIARIA
Quizá sea el aspecto en el que más ha cambiado la vida en los grupos sociales
del medio rural, sin embargo hemos de con
fi rmar que las costumbre asociadas
a actos conmemorativos o de relación social resisten con menos variaciones que en
otros ámbitos. Todavía se sale al campo o se reúnen en casas para asistir a
comilonas
cuando hay algo que celebrar, después vendrán los excesos y no habrá quien
falague
lo comido. O se forman partidas de cartas donde los más imprudentes llegan a
espinchacar
el capital en poco tiempo. Cuidado con las reuniones, entre hombres sobre
todo, donde no hay que
escantillarse para no provocar absurdas peleas. Pero de todos
los actos sociales del día ninguno se puede comparar con el de la
liga. En el bar se
charla de cualquier cosa, pero también se
apañan o conciertan los trabajos para el día
siguiente, o se cierran tratos; aunque nada como el placer de compartir una bebida con
los amigos de siempre, de echar una
convidá y esperar a que a otro le llegue su turno.
Eso sí se buscan los bares que más se esmeran en preparar las ricas
liguillas, pues a
más y mejor variedad, más veces se repite.
Escantillarse
(Der. de canto2 2, ‘límite’). Pasarse de la raya.
En el DRAE vienen otros signi
fi cados que nada tienen que ver con este.
Espinchacar
(Por despinchacar). Tr. Despilfarrar. Gastar desmesuradamente,
sin control, hasta consumir el capital en gastos no necesarios. Su origen puede estar
en el latín DISPENSUM, p.p. de DISPENDERE.
Estudios sociolingüísticos del andaluz: voces de un mundo rural. El habla... 221
Falagar
(Por desbalagar). Tr. Digerir. Hemos constatado un registro del verbo
desbalagar
en México, con el signifi cado de ‘dispersar’. En otros pueblos hemos
constatado algún registro con
esbalagar.
Lañar
(De laña). Tr. Robar en pequeñas cantidades. En el DRAE y en el DUE no
fi
gura esta acepción. Vienen otros signifi cados que nada tienen que ver con este.
Ligar.
Ir de copas por los bares o tabernas. Es costumbre sagrada en este pueblo
que al pedir la bebida te sirvan para acompañarla un aperitivo gratis, la
liga o liguilla.
Esta irá en proporción al valor de la bebida, en orden ascendente: vino peleón, cerveza
pequeña, cerveza grande, vino de marca. No debe confundirse con la tapa, que hay
que pedirla de una lista expuesta en la correspondiente pizarra, con sus diferentes
precios, pues hay que pagarla aparte.
Pedimento
. M. Petición de la mano de la novia por parte del novio. II 2. Celebración
con motivo de este acto. (En J y Gr). Equivale a
pedida: petición de mano.
Hemos podido constatar un uso en México, en la novela
El batallador de G.
Chávez Jr.
/2/ Consecuentemente, la tarde de aquel mismo lunes, Andrés adquirió un ramo de claveles
rojos y, sin ceremonia alguna, sin acompañantes, hizo el pedimento de la novia.
Vichea
r (Por vichar). Tr. Espiar, fi sgar. En el DRAE fi gura como fam. Argent. y
Urug. Vámonos a la plaza a ver qué vicheamos
. Darle al ojo.
En efecto, con este mismo signi
fi cado hemos localizado un caso en un texto de El
país de las estancias
de Guzmán, Yuyú (Argentina) y otro en la novela Hijo de hombre
de Roa Bastos (Paraguay).
/3/ A lo sumo, una pieza levantada sobre la azotea, para vichear el horizonte, era el lujo
que algunos se permitían.
/4/ Iba al Ministerio, iba al puerto a vichear los transportes...
4. CONCLUSIONES
Hemos recogido toda una muestra de términos que no tienen vigencia fuera de
la localidad objeto de este estudio, a lo sumo, en la intercomunicación con pueblos
limítrofes, por lo que se podría cuestionar la utilidad de este trabajo. Pensamos, no
obstante que tal y como ocurre con otras manifestaciones del ser humano – canciones,
fi
estas, costumbres, tradiciones, juegos, en fi n curiosidades de todo tipo– el léxico y
las modalidades locales constituyen un capítulo muy importante de los valores históricos
y culturales de nuestra Comunidad Autónoma. De ahí que el Estatuto de nuestra
Autonomía Andaluza insista en: “A
fi anzar la conciencia de identidad andaluza a
222 A
RTURO ANDÚJAR COBO
través de la investigación, difusión y conocimiento de los valores históricos, culturales,
y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad”.
Pero hoy en día nuestros pueblos asisten a un envejecimiento de la población,
generalmente acompañado por una fuerte disminución del número de sus habitantes.
Es fácil vaticinar que corremos el peligro de ver cómo, al desaparecer las personas
mayores se lleven consigo tantos y tantos valores culturales, que sólo ellos conocen,
entre los que destacamos las voces propias del lugar. Por otra parte, la gran in
fl uencia
de los medios de comunicación en nuestros jóvenes ha desarrollado entre ellos un
argot común en el que no tienen cabida los términos locales, puesto que su uso daría
una imagen que no se ajusta al per
fi l de joven actual y urbano. Si a este abandono
por parte de la población de menor edad unimos los avances tecnológicos, el cambio
en los modos de vida, las nuevas formas de relación social, etc., la desaparición del
léxico local será un hecho.
Ya sabemos que la pronunciación de ciertos rasgos orales de nuestra modalidad
puede in
fl uir en la estimación social del emisor, por lo que habrá de tenerse en cuenta
qué rasgos orales constituyen el modelo propio del nivel correspondiente a cada
situación comunicativa. Se especula también acerca de la posibilidad de una escritura
diferenciada para el habla andaluza, con los consiguientes problemas de enfrentamiento
a las normas ortográ
fi cas académicas y de aceptación en los diferentes medios.
Creemos que el léxico está relacionado con ambas propuestas, en tanto que como
vemos algunos términos tienen pronunciación y escritura propias, pero también tiene
que ver con la consideración social: el empleo de un léxico determinado es decisivo
muchas veces para etiquetar a alguien como cateto o como persona culta. Pero además
está el tema de la
comunicación posible, es decir, el uso de este vocabulario específi co
estará íntimamente relacionado con el ámbito geográ
fi co en el que tenga vigencia
entre sus habitantes o en contextos situacionales donde no di
fi culte la comunicación.
Creemos que esa debe ser nuestra única limitación y no otra.
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(2010).
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OPERO, M. (2001): “Sociolingüística andaluza: problemas y perspectivas”, Sociolingüística
Andaluza, 12,
Universidad de Sevilla, 21-48.
Este volumen contiene un conjunto de trabajos que son el resultado
de estudios realizados por los miembros del Grupo de Investigación
“Sociolingüística Andaluza”, así como por otros colaboradores
expertos en los diversos ámbitos descriptivos y aplicados de la
modalidad lingüística andaluza. Aquí se abordan variados temas de
interés actual, tales como el lenguaje institucional y de los medios de
comunicación, los usos gramaticales propios de la oralidad, la
fonología y sus repercusiones gráficas en determinados autores
literarios, las convergencias y divergencias geográficas y sociales, la
conformación del léxico y sus usos discursivos, así como las aplicaciones
a la enseñanza de la lengua. Estas aportaciones se suman a las
que ya han sido publicadas a lo largo de los años en otros volúmenes
de esta misma serie Sociolingüística Andaluza.
ISBN 978-84-472-1459-4
9 788447 214594
studios descriptivos y aplicados
sobre el andaluz
Publicaciones de la Universidad de Sevilla
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